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miércoles, 30 de diciembre de 2020

Hoy

Pensé que iba a ser diferente. Pensé que me iba a doler, pero fue algo que quedó a medias. Amé sin medida y lógica en tiempos en los que creía en el amor y esas cosas. Su carácter me fascinó bastante. Tan fuera de lo ordinario. Serio, pero con sentido del humor. Guapo, inteligente, y gamer. He querido a muchos pero ninguno como a él.

Creía que se podría. Que aún existiría alguna posibilidad. Que nada es estático y que, cuando menos lo esperara, volveríamos a estrecharnos la mano como viejos conocidos, y que aparte de decir cuánto tiempo también estaría pronunciando un pensé que nunca pasaría. Sonreí. Y justo semanas atrás pensé en esto; que ya se estaba tardando.

Descubrí que la razón por la que no podía acomodarme bien el fleco era porque las "entradas" están más remarcadas que en otros años. Mis viejos pantalones me quedan en todo excepto en mis caderas. Siento que transito una segunda pubertad. No soy lo que era, y las cosas ya no son como una vez fueron. No mantuve viva la esperanza, pero la idea quedó asida a mí en forma de ilusión.

Dicen que la esperanza muere al último, y Aristoteles dijo que la esperanza es el sueño del hombre despierto, pero yo estuve dormido.
sábado, 12 de diciembre de 2020

Se supone que no la iba a ver

Pero me aventé toda la película de The Human Centipede. Me acordé de un crush que me apena admitir que fue mi crush. Él estaba obsesionado con ver esa película y yo no podía sentir nada más que repulsión por el tema. Esto es revelador. No solo porque el morbo pudo conmigo, sino que me entretuvo, y no sentí repulsión exagerada con las escenas.

¿Crecí? ¿Soy mentalmente más resistente a este tipo de cosas? ¿Será que en el futuro veré las demás?