Copyright © autoficción at its finest
Design by Dzignine
domingo, 27 de junio de 2021

Un día llegará, quizás

No me gusta dar el primer paso, ni ser el de la iniciativa. No me agrada la idea de ser el que altere el orden de las cosas. Prefiero que alguien más lo haga (en muchos casos). No me gusta porque siento que no incito el cambio, sino que lo pido a favor. Por eso, cuando alguien decide ser el de la iniciativa, me sorprendo y en mis adentros le doy las gracias.

No se siente nuevo, pero se siente diferente. Siento estar haciendo un camino, más no visitando una vida que ya no es mía, ni ensamblando piezas parecidas de algo que quedó inconcluso o destruido. Su iniciativa invita al cambio, y me comienza a agradar lo que a su ser le involucra.

Cuestiona mi pensar, y nutre su curiosidad en base a mis respuestas. Que cuál es la visión que llevo conmigo y que tiene su nombre y su forma. Que si mi amistad y mi tiempo también son suyos, y que si nuestro vínculo es capaz de sufrir pero nunca perecer. Interesante pregunta, ¿de dónde viene, y hacia dónde va?

Tengo en mi vida alguien que no me pertenece pero que no titubea ante cualquier intento de abrazo. Que ya no pide tomarnos de la mano y que simplemente lo hace cuando lo ve necesario. En estos días míos, y a estas alturas que la sensatez me confiere, no hay espacio para presuposiciones. No somos novios; tratamos de ser felices.

martes, 8 de junio de 2021

Puntos suspensivos

Nos abrazamos, pero en realidad dejé caer mis brazos y su peso por encima de tus hombros. Y tú me apretaste como si existiese un vínculo fuerte entre ambos. Como si nos conociéramos de tiempo atrás. Me hablaste, así como yo te hablé la primera vez que nos vimos. No soy bueno en eso, pero fue honesto. Sonreíste, y cambiamos de tema.

La verdad es que no estoy enamorado de ti. La verdad es que estaba feliz de que estuvieras allí.
lunes, 7 de junio de 2021

Vengo en son de paz

Pero parece que nunca me voy igual a como vine.

Ayer fui a casa de un buen amigo, acompañados de un amigo suyo que me hace recordar a aquellos a quienes les sacaba la vuelta en la secu. Él fue el primero en irse. Después de ahí platicamos de aquello que parece estar sanando en nuestras vidas. Le confesé tengo unas enormes ganas de ponerle fin a ese vínculo que tengo con R, vínculo que parece existir a base de incertidumbre. Le dije que, desde que tiene novio, ha evadido comunicación conmigo y vuelve cuando quiere (y sin razón aparente).

Pasa que su novio me odia. Cree conocerme por todo lo que R le dijo de mí. Algo así como creo conocer a D por todo lo que mi amigo dijo de él. Cuesta creer que existe gente así, pero no todos analizamos las posibles causas de sus determinados actos. Entonces, me dijo él, ¿por qué simplemente no dejas la puerta abierta? ¿Por qué alterar el orden de esa manera?

Desde que R volvió allá por el verano del 19, me pregunté el por qué le seguía dando entrada a mi vida si las cosas no serían igual que antes (y muy probablemente se terminaría yendo semanas después). Te veo, te escucho igual que antes pero eso que pronuncias no suena interesante, ni interesado de tu parte. Sentí que visitaba una vida que ya no era mía. Persistí, de todas formas. Y ahí entendí que yo nunca quise que se fuera. Pero lo hacía.

Sé que a veces no hay que esperar. Las cosas llegan por sí solas. Lo sé porque eso se lo dije a mi amigo. Y la ausencia de R no me martiriza tampoco. Le pienso, sí. Pero no me duele. No me enoja. Creo que solo quiero aprovechar la oportunidad de decirle lo que pienso. Que si no me he ido es porque si lo hago no vuelvo. Quizás no cumpla con el "nunca" pero de volver igual a como me fui, pues, no.

Me quedé sin internet por una semana, pero aún no respondo los mensajes de hace como dos semanas. Denme tiempo. El trabajo me absorbe mucho tiempo. Y creo que le falta más sal pero a la herida.