Copyright © autoficción at its finest
Design by Dzignine
lunes, 13 de diciembre de 2021

Yo en momentos

Podemos estar de acuerdo en muchos aspectos y posteriormente entrar en desacuerdo cuando cada quien retome el rumbo de su vida después de este momento de reflexión mutua. Puede que no sea prudente permitirme sentir esto por él. Y conozco los límites pero desconozco mis motivos para rondar cerca de los mismos. Me apoyo de la sensatez pero la insolencia me hace desvariar. Pareciera que mi naturaleza no es la serenidad.

Sé que esto no debe ser, sin embargo, pensar en A me detona una sonrisa. No quería conocer a nadie pero conocerle me hizo querer saber todo de él y a su vez me motivó emprender ruta para conocerme a mí también. Podrás decir que esto no debe ser, y lo entenderé aunque sienta que los imposibles no se justifican en casos como estos. Mi andar es rápido y no pensado para que me sigan el ritmo, sin embargo volteo ocasionalmente como si de esperar a alguien se tratara. Mis decisiones ya lo toman a consideración. Un día puede comenzar y terminar con A en mi mente.

Me despego del eje central, como de costumbre. Duele menos esperar un abrazo y no recibirlo que saber que ese último beso fue eso, el último, y que de ahora en adelante solo seremos amigos, conocidos, o un recuerdo. Una experiencia; una enseñanza. Somos dos individuos, dos vidas distintas. Un abrazo o un choque de puños marcan una pauta para ambos hasta nuevo aviso. Él se irá a vivir su sexualidad y yo me iré a vivir mi vida.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Por la compañía

Rara vez desconfío de mi mente a la hora de rememorar y aún así no recuerdo si alguna vez se sintió bien desentenderme con alguien y saber que, al final, no solo quedaron risas sino también un entendimiento mutuo. Que nuestras diferencias se fusionan y aportan algo a nuestra visión y, fuera que lo entendiéramos o no, al menos nos sentíamos escuchados y aprendíamos un poco de esas percepciones.

Recuerdo cuando conocí a un chico cuya presencia hizo que me olvidara de mi ex de entonces. Nos llevábamos tan bien que una ocasión una compañera de mi trabajo me vio llegar y con cara de duda me preguntó ¿y a ti qué te trae tan de buenas? y así supe que ya me había jodido y ni cuenta me había dado. Así me sentí de nuevo cuando me preguntaste que por qué andaba tan sonriente.

Lo que pensaba fueran solo tres o cuatro horas, a lo mucho, terminaron por ser ocho aproximadamente. Platicamos de cosas a medias. Que el tiempo es escaso cuando hay tanto que decir, y que no se trata mucho de querer saber o compartir sino que una cosa conecta instantáneamente con otra y al final me tienes que detener porque estoy hilando una oración que responde a más de un tema.

Qué bueno que destaques con preguntas el por qué de mi sonrisa. Habría cambiado lo que dije por un gracias, me la estoy pasando bien. Un día contigo es un día que recordaré toda la vida. Después de ello solo me limité a verte hacer lo que fuera mientras que la esencia de tus besos me llenaba el alma y nutría mi mente pensando en todo eso que nos falta por conocer y qué tanto de estos momentos recordaremos para entonces.
lunes, 1 de noviembre de 2021

post-last night

Hace mucho que no transitaba por una noche como esa. Con predispocisión completa de conocer cada parte de tu cuerpo. Me conocía sereno. Ajeno de impulsos por controlar. Lo tuyo fue, sin embargo, una excepción que, pese a que no habitaba diariamente en mí, desde que sopesé su repentina oportunidad no concilié paz y como inexperto planifiqué y esperé a que ese día llegara.

Mis intenciones eran claras pero, por supuesto, mi cuerpo siempre dice lo que mi mente no me permite pronunciar. Al final, me faltó tiempo, y agallas, para confesarte todo lo que sentí por ti y que consideré no apto de ser escuchado. Reímos, y más. No importaba que mi vista estuviera envuelta en oscuridad. Fui como jamás pensé que quería ser contigo.

Volver a nuestro lugar en la cama fue como volver a nosotros. Entre reunir nuestra ropa o ponérnosla encima, nos fuimos incorporando a una plática floreciente de la confianza y conexión que circulaba en nuestras lecciones de vida y experiencias imborrables. Quedé fascinado por todo eso que se estaba comenzando a dibujar frente a mis ojos. Nuestras diferencias nos hacen iguales.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Qué padre sería

poder leer la mente. Poder decir siempre supuse, pero de igual forma quería saberlo. Estuve leyendo un viejo escrito aquí en mi blog y pensé en cómo reaccionaría esa persona si supiera de su existencia. No lo considero alguien que navegue por entre las redes de sus cercanos, y menos que lea sus piensos, pero de vez en cuando me ha sorprendido con sus preguntas curiosas y cursilerías aprisionadas.

Le imaginé pensando mucho, y de ahí surgió el deseo de saber. Imaginarle preguntar el por qué de esas palabras. Pero también imaginé verle pronunciar un no entenderías. No es tiempo, o quizás nunca lo será. Decirle lo sé; siempre supuse, aunque se tratara de una negación o aceptación a lo antes mencionado. Querer es poder. Querer poder; desear oportunidad. Poder querer aunque no se pueda o no se quiera querer. Ser querido y ser lo que se quiso ser con él.

martes, 10 de agosto de 2021

Solo aparezco

cuando ando de buenas, y no cuando tengo algo qué contar. Hoy ninguna, o quizás sí. Ando como cuando uno regresa (a la fuerza) a la soltería y ni ganas dan de saber quién te ha dejado de seguir o de qué trataba ese chisme que prometía alterar emociones.

No vengo de una relación sentimental sino laboral. Y lo siento como cuando uno vuelve de un largo viaje. Muy bonito todo, fue divertido, aprendí mucho, viví grandes momentos y reí como cuando tenía catorce; debí dejar una nota de qué hacer en estos casos. Me llaman y me dicen que qué ausente he estado y yo solo puedo hacer énfasis en que la sorpresa aquí es que ya pasaron dos semanas; ¡¿cómo que ya es agosto?!

Nunca celebro mis cumpleaños, y este no iba a ser la excepción, pero las circunstancias obstruyeron mi ser. Mis ganas se apagaron como las velitas que no soplé. Pero la vida sigue aunque uno ande madreado. El descanso no te sabe a descanso y ya cuando lo estás asimilando te miras a ti mismo pensando en cómo será el siguiente gran paso. Bien, ya edité el cv, ya me puedo ir a dormir.



Playlist de: lo que ese ciclo suena para mí. 

domingo, 27 de junio de 2021

Un día llegará, quizás

No me gusta dar el primer paso, ni ser el de la iniciativa. No me agrada la idea de ser el que altere el orden de las cosas. Prefiero que alguien más lo haga (en muchos casos). No me gusta porque siento que no incito el cambio, sino que lo pido a favor. Por eso, cuando alguien decide ser el de la iniciativa, me sorprendo y en mis adentros le doy las gracias.

No se siente nuevo, pero se siente diferente. Siento estar haciendo un camino, más no visitando una vida que ya no es mía, ni ensamblando piezas parecidas de algo que quedó inconcluso o destruido. Su iniciativa invita al cambio, y me comienza a agradar lo que a su ser le involucra.

Cuestiona mi pensar, y nutre su curiosidad en base a mis respuestas. Que cuál es la visión que llevo conmigo y que tiene su nombre y su forma. Que si mi amistad y mi tiempo también son suyos, y que si nuestro vínculo es capaz de sufrir pero nunca perecer. Interesante pregunta, ¿de dónde viene, y hacia dónde va?

Tengo en mi vida alguien que no me pertenece pero que no titubea ante cualquier intento de abrazo. Que ya no pide tomarnos de la mano y que simplemente lo hace cuando lo ve necesario. En estos días míos, y a estas alturas que la sensatez me confiere, no hay espacio para presuposiciones. No somos novios; tratamos de ser felices.

martes, 8 de junio de 2021

Puntos suspensivos

Nos abrazamos, pero en realidad dejé caer mis brazos y su peso por encima de tus hombros. Y tú me apretaste como si existiese un vínculo fuerte entre ambos. Como si nos conociéramos de tiempo atrás. Me hablaste, así como yo te hablé la primera vez que nos vimos. No soy bueno en eso, pero fue honesto. Sonreíste, y cambiamos de tema.

La verdad es que no estoy enamorado de ti. La verdad es que estaba feliz de que estuvieras allí.
lunes, 7 de junio de 2021

Vengo en son de paz

Pero parece que nunca me voy igual a como vine.

Ayer fui a casa de un buen amigo, acompañados de un amigo suyo que me hace recordar a aquellos a quienes les sacaba la vuelta en la secu. Él fue el primero en irse. Después de ahí platicamos de aquello que parece estar sanando en nuestras vidas. Le confesé tengo unas enormes ganas de ponerle fin a ese vínculo que tengo con R, vínculo que parece existir a base de incertidumbre. Le dije que, desde que tiene novio, ha evadido comunicación conmigo y vuelve cuando quiere (y sin razón aparente).

Pasa que su novio me odia. Cree conocerme por todo lo que R le dijo de mí. Algo así como creo conocer a D por todo lo que mi amigo dijo de él. Cuesta creer que existe gente así, pero no todos analizamos las posibles causas de sus determinados actos. Entonces, me dijo él, ¿por qué simplemente no dejas la puerta abierta? ¿Por qué alterar el orden de esa manera?

Desde que R volvió allá por el verano del 19, me pregunté el por qué le seguía dando entrada a mi vida si las cosas no serían igual que antes (y muy probablemente se terminaría yendo semanas después). Te veo, te escucho igual que antes pero eso que pronuncias no suena interesante, ni interesado de tu parte. Sentí que visitaba una vida que ya no era mía. Persistí, de todas formas. Y ahí entendí que yo nunca quise que se fuera. Pero lo hacía.

Sé que a veces no hay que esperar. Las cosas llegan por sí solas. Lo sé porque eso se lo dije a mi amigo. Y la ausencia de R no me martiriza tampoco. Le pienso, sí. Pero no me duele. No me enoja. Creo que solo quiero aprovechar la oportunidad de decirle lo que pienso. Que si no me he ido es porque si lo hago no vuelvo. Quizás no cumpla con el "nunca" pero de volver igual a como me fui, pues, no.

Me quedé sin internet por una semana, pero aún no respondo los mensajes de hace como dos semanas. Denme tiempo. El trabajo me absorbe mucho tiempo. Y creo que le falta más sal pero a la herida.

martes, 2 de febrero de 2021

Algo difícil de consumar

¿Qué merece el perdón de uno? Me encantó esta parte encontrada en Wikipedia referente a su significado: "...renunciando eventualmente a vengarse". Porque sí, me puse a investigar su significado ya que a veces, solo a veces, uno duda de sí mismo y de lo que cree conocer. Pero aún así pregunto, ¡¿qué merece ser perdonado?!

Durante un periodo de tiempo no me llevé bien con esto. Consideraba muy cínico escuchar a alguien pedirme perdón después de madrearme de alguna forma u otra. Me acordaba de una canción de Paramore y casi sin cuestionar le hacía caso y lo aplicaba en mi vida. "Las segundas oportunidades no importan, la gente nunca cambia". Ese fue el primer acercamiento al perdón. Pensé, posteriormente, ¿qué es de la redención sin el perdón?

Alguien alguna vez me pidió disculpas por demasiadas cosas que me hizo pasar. Leer su "perdón" fue tan... hmm. Lo vi de esta manera: días, semanas, y meses de hostigamiento resumidos en seis letras. Lo peor es que si la disculpa se realiza de manera pública y la rechazas con un "eso no arreglará nada" o "eso no cambiará el pasado", los demás te van a tachar de rencoroso. Ya he dicho que opiniones ajenas no deben hacer ruido en nuestras vidas pero, ¿eso te hace un rencoroso?

Años después hablé de ese caso con un amigote y éste me dijo "qué malo eres, debiste decirle que todo estaba bien entre ambos". Le respondí que por qué, a lo que mencionó lo siguiente: a veces es necesario saber que se ha sido perdonado porque, puede que esto no haga un cambio en ti ni en tu vida, pero para la de él muy posiblemente sí. Y me dejó pensando. Suena razonable. En ese caso ya no sería rencoroso, sería entonces (si no es que también) un egoísta. Por pensar en un bien propio que ajeno.

Entonces, ¿qué merece ser perdonado?

El perdón va más allá de todo eso. Lo que uno puede considerar como inútil y carente de sentido puede ser para otro algo simbólico y hasta necesario para sobrellevar los estragos ocasionados por un superátiv emocional. Se puede perdonar y brindar, ahora sí, una segunda oportunidad. Se puede perdonar y marcar, ahora sí, un fin definitivo para ambos. Sobrellevar la traición. Reconocer que nadie, ni tú, es perfecto.



lunes, 25 de enero de 2021

Crecer como persona

A mí nunca me hizo sentir raro ver cómo los de mi generación iban formando una familia, o se casaban, o ambas cosas. Nunca. Pero lo que sí me deja un sentimiento extraño es cuando eso lo hacen amigos menores que yo. Ya no lo veo pensando "oye, vas muy rápido, si no son carreritas", sino más bien me hace cuestionar mi velocidad.

Es irónico porque yo ni familia quiero (bueno, en parte sí pero no ahora ni después, quizás más más después), pero eso no deja de hacerme sentir no mal pero sí raro. Siento como si no estuviera viviéndola como debería. Que aunque ellos me digan que qué padre no ser padre ni tener esa clase de responsabilidades, yo sé que al final no cambiarían esas experiencias ni por un par de horas extra de sueño.

Luego, me preguntaron que dónde se encontraban localizados los guerreros de Terracota y no supe qué responder pero eso no importó tanto porque descubrí que hay vida más allá del amor (o lo que se le parezca). Crecer como persona no se trata de cuánto puedes juntar ni qué tantos hijos puedes traer.

Y luego un amigo llegó después diciéndome que si no tengo hijos quién verá por mí cuando yo ya no pueda. Me apagó la llamita de la esperanza pero bueno no todo lo puedo deducir yo, ¿o sí? En fin. Aquí es cuando debería decir "bueno, al menos tengo salud" pero capaz y amanecemos con la resurrección de la epidemia de baile o algo sacado del siglo XII.