Copyright © autoficción at its finest
Design by Dzignine
domingo, 14 de noviembre de 2021

Por la compañía

Rara vez desconfío de mi mente a la hora de rememorar y aún así no recuerdo si alguna vez se sintió bien desentenderme con alguien y saber que, al final, no solo quedaron risas sino también un entendimiento mutuo. Que nuestras diferencias se fusionan y aportan algo a nuestra visión y, fuera que lo entendiéramos o no, al menos nos sentíamos escuchados y aprendíamos un poco de esas percepciones.

Recuerdo cuando conocí a un chico cuya presencia hizo que me olvidara de mi ex de entonces. Nos llevábamos tan bien que una ocasión una compañera de mi trabajo me vio llegar y con cara de duda me preguntó ¿y a ti qué te trae tan de buenas? y así supe que ya me había jodido y ni cuenta me había dado. Así me sentí de nuevo cuando me preguntaste que por qué andaba tan sonriente.

Lo que pensaba fueran solo tres o cuatro horas, a lo mucho, terminaron por ser ocho aproximadamente. Platicamos de cosas a medias. Que el tiempo es escaso cuando hay tanto que decir, y que no se trata mucho de querer saber o compartir sino que una cosa conecta instantáneamente con otra y al final me tienes que detener porque estoy hilando una oración que responde a más de un tema.

Qué bueno que destaques con preguntas el por qué de mi sonrisa. Habría cambiado lo que dije por un gracias, me la estoy pasando bien. Un día contigo es un día que recordaré toda la vida. Después de ello solo me limité a verte hacer lo que fuera mientras que la esencia de tus besos me llenaba el alma y nutría mi mente pensando en todo eso que nos falta por conocer y qué tanto de estos momentos recordaremos para entonces.

2 comentarios: