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miércoles, 1 de enero de 2020

📖 2019 en libros

Sinceramente esperaba hablar de ellos en posts individuales pero me está costando algo de trabajo. No es que haya olvidado su contenido pero no podré expresar mi experiencia como corresponde si lo comparo con los posts donde hablo sobre Palahniuk. Llevo dos años y medio que retomé este hábito y puedo decir con toda certeza que este ha sido mi mejor año en cuanto a libros. Aunque fue inconsciente, sí fui planeando de manera anticipada leer los que más ganas tuviera de, dejando "para después" otros que, sí, sigo sin leer.

Como regalo adelantado por parte de mi tía recibí El Psicoanalista, y por la longitud de éste consideré empezar el año leyéndolo, pero lo devoré antes que llegara navidad. A mi prima le encomendé la tarea de vender la "trilogía" de Nunca, Nunca pero no logré deshacerme de estos, así que fui a uno de esos locales de compra y venta de libros usados y me ofrecieron $150 por los tres. Eso no es nada. Al final los cambié por otro que en sí no le vi algo especial pero que de todos modos quería llevarme, y ese es:

El Niño que Fuimos de Alma Delia Murillo

Con este compruebo que, como mexicano, siempre preferiré leer escritores que compartan mi nacionalidad ya que, aunque se sitúen en años que no viví o describan calles y elementos que son desconocidos para mí, de algún modo me identifico con ello y lo siento tan mío. Quisiera decir que "hablamos un mismo idioma" en el sentido de que uno entenderá la referencia que el otro le lance pese a que no comparten ni la misma edad ni grado de conocimiento pero aun así no creo que se entienda lo que difícilmente trato de explicar. Nada comparado a libros extranjeros cuyas traducciones tienden a ser la misma que la edición española o son de plano tan literales en cada una de sus palabras, sobretodo en modismos.

La historia sigue la vida de tres niños que, tras entrar a un internado al mismo tiempo, se hacen amigos para sobrellevar con facilidad el destino que les depara dentro. Simultáneamente se narra su presente y pasado a través de cada capítulo. Entendemos la pesadez de sus temores reflejados en sus actos y cómo tratan de sobrellevarlo. En sí, es un libro bien corto. Lo acabé en tres días y con este superé mi récord.

Recuerdo que, como iba acompañado de mi familia, en momentos me disponía a hojearlo y poco a poco me entraban más y más ganas de leerlo ya pese a que iba como a la mitad de El Psicoanalista. Creo que desde el día uno lo comencé, sino, fue el siguiente, pero en enero leí como tres. Quisiera decir que acabé el año de la misma manera pero me está costando bastante acabar uno que sí me gusta pero es muy largo y ya no tengo las misma ganas que hace doce meses.


Lugares Oscuros de Gillian Flynn
Esto es lo más loco que he leído en mucho tiempo.

Viviendo de donativos que van en descenso, Libby acepta reunirse con un grupo secreto especializado en casos famosos para replantear el asesinato de su familia a manos de su hermano mayor a cambio de efectivo que sustente su vida encerrada en casa por más tiempo, sin imaginar que ella, en realidad, no tiene idea absoluta de lo que ocurrió aquella noche.

El libro tiene capítulos donde el protagonista es Libby en la actualidad (narrado en primera persona) y simultáneamente Ben o su mamá (a voz de un narrador, un día antes de los asesinatos, veinticinco años atrás). Desde un comienzo se mantiene un ritmo constante que no baja en ningún momento, haciendo que la trama te atrape desde los primeros capítulos y te intereses por saber más. Es cierto que tiene una buena cantidad de "plot-twists" pero, a mi parecer, no son giros enormes. Y eso es bueno ya que no sientes que se hayan colocado forzosamente para hacer la historia más interesante. Al contrario, te genera aún más intriga, y llega otra sorpresa justo cuando pensabas que las cosas no podían ponerse peor.

La forma en como fue narrado es buenísima. No te endulza nada y sientes la inseguridad e impotencia de la protagonista al enfrentarse a lo desconocido desde que era una niña. La historia es más extensa de lo que podría parecer. Y para antes del clímax sientes cómo la tensión cae sobre ti al estar consciente que todo está a nada de desmoronarse a causa del estrés colectivo. No le tenía mucha fe a este libro, y ahora voy tras las otras dos novelas de esta autora.

Ensayo Sobre la Ceguera de José Saramago

Finalmente leí la que es su novela más popular de todas. Un extraño brote de ceguera blanca se expande de manera repentina y, como solución rápida, se pone en cuarentena a los primeros infectados, donde tendrán que valerse por sus instintos y sentidos restantes para sobrevivir.

Cuando supe de la vida y obra del autor, quedé maravillado por semejantes tramas que maneja en sus novelas. Y es que hablar sobre qué pasaría si la gente deja de morir o seguirle la huella a Caín me parecen ideas tan simples pero bastante llamativas como para no interesarse en leerlos. Lamentablemente en algunos casos la idea es bastante buena pero no su ejecución.

Su forma de escribir es muy particular. Quiero creer que esa es su firma y nadie más ha escrito de igual manera antes que él. A mi criterio es sumamente fácil distinguir el dialogo de la narrativa pero, en cuanto a este último, es donde tengo un conflicto. A veces pareciera que divaga de más y se agarra de una palabra en específico para describirla de todas las maneras posibles mientras que yo, como espectador, me quedo con cara de la idea se entendía perfecto desde un comienzo. Ya me veo a mí cantando el coro de Pero Qué Necesidad.

Afortunadamente esto no se repite con frecuencia en páginas posteriores, y si así pasa entonces ni lo sentí tan molesto ni forzado. Para entonces muy seguramente ya estaba sumergido en su trama, ardiendo de coraje por lo bajo que las personas pueden caer para sobrevivir, o sintiendo miedo por lo frágiles y tan dependientes que somos del sentido de la vista. De Saramago ya me había leído Caín y Las Intermitencias de la Muerte, pero puedo decir con certeza que Ensayo Sobre La Ceguera es la primer novela de Saramago que más me ha gustado porque Caín lo sentí como un resumen de la Biblia que novela en sí.

Una vez que me lo acabé quedé satisfecho, y tuve muchas ganas de leer algún mexicano pero no tenía ningún libro pendiente con esta característica y tampoco quise comprar más hasta acabar los que tengo en mi librero. Así que la decisión estaba entre Mr. Vertigo y Delirio. Me estropearon el libro de Auster diciéndome que no era más que una copia de El Alquimista y sí pienso leerlo todavía pero no sé hasta cuando, así que me fui por:

Delirio de Laura Restrepo

Esto sonará bien inculto de mi parte pero no me gusta leer novelas basadas en la era nazi. Me leí El Diario de Ana Frank, okay. Años después compré Ladrona de Libros y para cuando llegué a casa noté una esvástica al fondo de la portada y sentí una desilusión tremenda. Igual lo leí, pero en todo momento pensé en Ana Frank. Y es que siento que en determinado momento todo se vuelve irreal, y le echan mucha salsa a una sopa que ya de por sí es difícil de digerir.

Lo mismo me ocurre con novelas basadas en narcos. Me han recomendado muchas series disponibles en Netflix pero las paso de largo. Si he de conocer más sobre nazis o narcos, lo haré viendo documentales y todo eso, no leyendo novelas inspiradas. Así que, cuando supe que Delirio se lleva a cabo en Colombia de la década de 1980, no pude evitar sentir lo mismo que con Ladrona de Libros. También, he de mencionar que a Saramago lo leo por temporadas porque sí, habré quedado satisfecho pero me termina hartando, y oh sorpresa, la autora de Delirio escribe igual que él.

Tras un fin de semana lejos de casa, Aguilar regresa con la noticia de que su esposa ha enloquecido. En su intento por saber lo que ocurrió en su ausencia y qué fue lo que hizo que perdiera la razón, Aguilar se da cuenta que del pasado de su esposa no conoce demasiado.

Al principio es difícil entender lo que ocurre. El diálogo se mezcla con la narrativa en primer persona que también se mezcla en tercer persona. En espacios en blanco se nos reubica a un espacio y tiempo distinto que poco a poco nos van encaminando al desenlace, comandado por una narrativa y personaje diferente. Juro que estuve a nada de buscar en GoodReads alguien que me indicara la forma de leerlo porque todo me parecía muy confuso. Sin embargo, entendiendo su estructura y el rol de los personajes, Delirio se vuelve muy adictivo. Tanto que sacrifiqué horas de sueño solo para leer un "capítulo" más.

Con respecto a los narcos, sí llegan a ser huéspedes de la trama por varias páginas y encaminan la historia para cierto rumbo, pero el libro en sí no trata enteramente sobre este mundo. Teniendo ese desinterés, cada que se hablaba de gente poderosa y negocios turbios, me daba una flojera tremenda, cosa que cambió posteriormente y que cada que se presentaba el turno del Midas (personaje ligado a todo esto) para narrar su parte de historia, me entraban unas ganas enormes por leerle. Hasta los cameos de Escobar resultan ser tan llevaderos.

El año lo empecé a todo dar leyendo. Me hubiera gustado decir lo mismo al final porque, aunque en los últimos días parece que recobré el gusto y el ritmo habitual, pasé meses sin leer ni encontrarme ánimo para ello, y ya estoy por cumplir tres meses sin poder acabar uno el cuál espero poder presentar en un post individual. O sea, empiezo el 2020 leyendo algo inacabado. Más vale eso a nada, ¿no? En fin, leí más pero algunos fueron regulares y otros ya tienen su respectiva entrada en el blog.

Esta entrada ya es kilométrica, aquí mejor concluyo con esto. Que sobren libros pero que no falten ganas de leerlos. ✌

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